Senderismo para principiantes

Te han dicho que al andar te sientes profundamente unido a la naturaleza porque, en realidad, el tiempo que le dedicas a caminar te sirve como actividad física pero también es un tiempo para ti, para ordenar tus pensamientos.

Te darás cuenta de que te encanta porque descubres que el secreto está en los pequeños detalles que vas encontrando por el camino. Respiras aire puro, observas una flor hermosa, fotografías un rincón escondido o, simplemente, te sorprendes con el sonido del silencio. Son tantas sensaciones a la vez que te aparecerá ante ti un mundo infinito por descubrir.

Con más de 1.000 kilómetros de senderos, practicar senderismo en Tenerife es de las mejores opciones para conocer la naturaleza de la isla a pie. Si eres novato o no sabes por dónde empezar, no te preocupes porque aquí te vamos a dar algunas claves que te ayudarán a empezar con esta actividad.

Al igual que en otras prácticas deportivas, para hacer senderismo es necesario tener un equipo adecuado, aunque la dificultad siempre la marcará el propio sendero. El equipo imprescindible es un buen calzado de montaña, así como una mochila donde deberás guardar agua, comida y algo de abrigo o una gorra si te hiciera falta.

También es aconsejable llevar bastones de senderismo si planeas recorridos largos o simplemente por la comodidad que te pueden aportar. Es también recomendable llevar un teléfono móvil con buena carga para el trayecto pues, pese a que en muchas zonas no hay cobertura, te puede ser de utilidad si te descargas los mapas o usas aplicaciones específicas de senderos.

Si ya te sientes preparado para empezar pero no sabes qué ruta elegir, échale un vistazo a este enlace. Aquí tienes infinidad de posibilidades para escoger.

Si te has quedado en el Albergue, hacer senderismo en el Parque Rural de Anaga puede ser una opción perfecta. Puedes empezar por el Sendero de los Sentidos, una ruta muy especial que te anima a descubrir la naturaleza de este entorno único a través del olfato, el tacto y la vista. Se divide en tres caminos diferentes y el primero de ellos es accesible en silla de ruedas mientras que el tercero engloba los dos anteriores y extiende el camino hasta el Mirador del Llano de los Loros.

Todo es cuestión de empezar. Adelante.